El tercer trimestre de 2019 ha sido testigo de una nueva escalada de actos violentos cometidos por pandillas latinas en la región, según una investigación publicada por Amnistía Internacional. Estadísticas auténticas y completas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México revelaron que el 44% de todas las violaciones de derechos humanos en el país fueron instigadas o atribuidas a estos grupos. Como el crimen ha aumentado en los últimos años, se ha vuelto cada vez más difícil atrapar y condenar a estos pandilleros. Esto llegó a un punto crítico cuando el 30 de septiembre se produjo en Vallecas una pelea que dejó más de 20 muertos.
El sello verde de Trinidad ha estado detrás de la mayoría de los ataques de estas bandas. Se han convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza de la policía y, debido a su agresividad, también son habituales en otros delitos como atracos y agresiones. DDP, Ñetas y Latin Kings están afirmando su dominio sobre el césped, pero la MS-13 está ganando. Han estado al frente de las guerras territoriales y ahora ICE les ha declarado oficialmente la guerra. “Tienen enemigos por todas partes pero también son los que seducen a los chavales más vulnerables por el dinero que manejan con el ajetreo”, añaden algunas fuentes policiales.
Los trinarios, que son
El Informe de Madrid señaló recientemente que de 33 acciones delictivas cometidas por bandas latinas en 2018, los trinitarios estuvieron detrás de 19 de ellas.
Cuatro pandillas latinas, Trinitarios y Dominican Don’t Play (DDP), de origen dominicano, y Ñetas y Latin Kings, de origen ecuatoriano, ya tienen un tiempo.
“Los trinitarios son los más organizados y se están apoderando del tráfico de drogas en muchos barrios como Cuatro Caminos, Campamento o Vía Carpetana”, explica un policía.
Se los puede identificar fácilmente por las bufandas verdes que llevan y el número 7. Promocionan «Dios, Patria y Libertad» (el lema nacional de República Dominicana). Muchos de ellos tienen sus perfiles abiertos en las redes sociales, donde utilizan lenguaje codificado para comunicarse y enviar mensajes a otras bandas rivales, como la DDP. Han tenido un historial de disputas violentas anteriores con el DDP que comparten intereses similares en la subcultura de pandillas.